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Para ser defendido por un respetado abogado penalista de lavado de dinero y drogas en Alemania, remítase a las formas de contacto que aquí se adjuntan.
La respetabilidad y prestigio del abogado que lo represente son elementos de increíble peso para un resultado satisfactorio. Puede estar seguro de que el conocimiento de las leyes, procedimientos y legislación vigente en general no son enteramente suficientes cuando se trata de procesos de repercusión social como los de lavado de dinero y tráfico de drogas.

Nuestro servicios de urgencias penales en español esta activo non solo en Alemania sino tambien en España Italia Francia Bèlgica Austria Inglaterra (Uk), inmediatamente de ser detenida una persona nuestros abogados penalistas pueden encontrarla y crear inmediatamente las bases para su defensa juridica y liberaciòn, Contactanos.


La percepción de los alegatos por parte de los juzgadores es definida, en un por ciento bien significativo, por la figura del letrado que los esgrime en la corte.

Abogado penal internacional
Es sumamente importante el respeto que impone un jurista con una imagen incólume, tanto ante las autoridades policiales como en los tribunales.
A los ojos del ministerio público, pueden creerlo, también existe una diferencia marcada según se enfrenten a un defensor reconocido por su  férrea ética profesional, o a uno que no lo es tanto.

Nuestro bufete cuenta con profecionales de origen hispano en toda Alemania y podemos ofrecerles ayuda legal en cada momento:

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DELITOS DE LAVADO DE DINERO Y NARCOTRÁFICO ¿IGUALES O DIFERENTES?
Como tipos penales, estas dos figuras son esencialmente diferentes, si tenemos en cuenta su tipificación en el Código Penal.
Sin embargo, no se puede ignorar que casi invariablemente van de la mano uno con el otro.


El lavado de dinero (también denominado blanqueo de capitales) no existe, como tipicidad penal, por sí sola. Siempre va precedido por la comisión de actos antijurídicos que reporten cuantiosas ganancias ilegítimas. O, dicho de otro modo más fácil: No es preciso lavar el dinero que no está sucio, ¿cierto?
También juega un papel definitorio el volumen de dinero del que estamos hablando. Un sujeto puede cometer pequeñas fechorías que le reporten dinero, pero en cantidades que no pueden ser siquiera calificadas como ingresos, financieramente hablando, sumas que se manejan fácilmente en efectivo sin levantar sospechas, ni es necesario ocultar del fisco.


Por lo tanto, en el lavado de dinero, estamos haciendo referencia a cuantiosas sumas de dinero obtenidas mediante acciones delictivas, no cualquiera, sino por el tipo de delitos que genera estos volúmenes monetarios.


Entonces, llegada esta conclusión, es obligatorio volver la vista hacia fenómenos de la envergadura del narcotráfico, el tráfico de armas, la trata de personas, el tráfico de órganos humanos, etcétera. Ahora sí estamos hablando de mucho, mucho, dinero. Estas actividades criminales se han perfeccionado, extendido mundialmente, y generan tal cantidad de dinero que son cometidas, a gran escala, por organizaciones y no por sujetos individuales.


No obstante la estrecha relación que hemos señalado entre estas figuras delictivas, hay que aclarar que todas se juzgan y sancionan de manera independiente. Es decir, una persona puede ser juzgada y condenada por lavado de dinero, sin que necesariamente haya de ser condenada también, como condición previa, por alguno de los delitos que pudiera ser el que originó el capital ilegal. Además, por lo general los acusados de lavado de dinero son blanqueadores de capital ajeno, así que son responsables penalmente de ese delito, y no del que originó el dinero sucio.


INFORMACIONES BÁSICAS SOBRE EL LAVADO DE DINERO
Lavar dinero consiste básicamente en hacerlo parecer de legítima adquisición, de manera que pueda usarse públicamente sin temor, depositarlo en bancos, hacer inversiones con él, adquirir propiedades, permitir, en fin, que su dueño viva de manera acorde a sus riquezas ante los ojos del mundo, sin correr peligro.  
Parece difícil, pero no lo es tanto, no en balde se realiza continuamente.


Difícil realmente es la lucha contra estas acciones ilegales, la detección del blanqueo de capitales, y sobre todo, probarlo, demostrarlo indubitadamente. La lucha contra el tráfico de drogas y  el lavado de dinero que lo acompaña, exige de las autoridades de los Estados una infinita e intensa dedicación, un  trabajo arduo que implica meses de investigación para un solo caso, y desembocan en juicios prolongados y complicados.


Entonces, vistos los esfuerzos que se hacen para frenar este actuar, y apresar a los autores y aplicarles la sanción correspondiente, cabe hacerse la siguiente pregunta:


¿Existe la posibilidad de una defensa efectiva, luego de un exhaustivo proceso investigativo que respalde tal acusación?
Pues sépase que sí.
Toda acusación tiene que estar fundamentada en bases sólidas. El ministerio público debe sostener la imputación con pruebas materiales consistentes, fuertes, bien articuladas, coherentes, y sobre todo, impenetrables a la duda razonable, para lograr un fallo condenatorio en procesos por lavado de dinero. Máxime cuando estas condenas llevan aparejadas la confiscación de bienes y otras sanciones accesorias patrimoniales.


Recuérdese que el Derecho condena el delito, pero también protege los negocios lícitos y el patrimonio legítimo de las personas.


El desempeño de un buen abogado defensor es primordial a la hora de la determinación de los bienes obtenidos a raíz del delito, distinguiéndolos de aquellos que legítimamente poseía, los cuales pueden ser el fundamento de la economía familiar del reo, y el sustento de personas que dependen económicamente de él.


Así mismo, el abogado defensor es vital como garante de la transparencia en el complejo proceso de examen de las finanzas del reo, su participación en la creación empresas fantasmas y otras formas de ocultamiento de peculio mal habido.
Y, ciertamente, las fisuras de las pruebas presentadas por la fiscalía, puede conllevar a un fallo absolutorio, o una condena de escasa entidad.


IMPORTANTE: ¡NO CONFUNDIR!
La función de un abogado defensor no es, en ningún modo, ayudar al cliente a lavar el dinero, o a perfeccionar las formas de hacerlo para no ser descubierto.
Defender por la acusación de cometer un delito no es lo mismo que aprobar el delito.


La misión del abogado es hacer valer el intocable derecho a la defensa, es garantizar que nadie sea condenado sin un juicio verdaderamente justo. Señalar las flaquezas de la acusación no es oportunismo, es ser fiel a los principio generales del derecho, en virtud de los cuales cada quien debe ser condenado por, y solo por, lo que hizo, y en la justa proporción con el daño infringido.


Esto nos hace volver al tema del respeto y el prestigio de abogado defensor: El prestigio de un abogado, creado a base de trabajo sacrificado, estricto sentido de justicia y apego a la ley, fiel a los principios que honran la profesión, lo precede  allí adonde vaya, y lo acredita más que cualquier tarjeta de presentación, o curriculum vitae.